“Nunca nadie lo abrazó”, dice uno de los personajes de la obra “El petiso orejudo”, de Julio Ordano. Y en esa frase se sintetiza la mirada humana sobre uno de los protagonistas de la historia roja del país: Cayetano Santo Godino, considerado el primer asesino serial de la Argentina, que tenía a pequeños niños como víctimas.
El texto llegará a las salas tucumanas esta noche, en La Gloriosa, con la dirección de Hugo Galván y las actuaciones de Franco Ruhe, Sandra Virgolini, Luis Laskoswki, Germán Gutiérrez Ferronato, Viviana Martínez, Andrés Sturgen y Solana Alonso.
La propuesta, basada en los hechos reales, se ambienta en los últimos días del criminal en el duro penal de Ushuaia, donde fue muerto por otros condenados. En su celda rememora los instantes de su último asesinato y su derrotero de encierros hasta llegar a la cárcel de máxima seguridad.
Ordano enfoca al protagonista desde una posición intimista, pero sin justificar sus acciones. Pasa a ser el espejo donde el autor le propone al público mirarse como sociedad.
“Siempre busco textos que hagan reflexionar a los espectadores. En este caso, me llamó la atención la manera que Ordano tomaba un tema tan doloroso e incomprensible aún hoy y le daba una humanidad a Godino que los medios periodísticos de su época soslayaban. Expone los hechos deja al público la libre decisión del veredicto. El bien o el mal tiene que ver con la mirada que el ser humano y la sociedad que lo contiene le da a los hechos y sus acciones, la que cambia según cada tiempo”, describe Galván para LA GACETA.
El director destaca que el caso sigue siendo un tema de debate en la actualidad. “Fue un asesino serial precoz; hijo de inmigrantes, a la sociedad de entonces le sirvió como chivo expiatorio de sus propios males. Asesino confeso, fue recluido en la cárcel sin sentencia firme y por mucho tiempo se debatió que se debía hacer con él, pues muchas personas no lo consideraban responsable de sus actos por su condición de débil mental”, resalta.
ESTRENO
• A las 21 en La Gloriosa (San Luis 836).